jueves, 31 de diciembre de 2009

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

Un año después, ¿quién se acuerda de Gaza?

Hace un año, periódicos y noticiaros de televisión de todo el orbe nos bombardeaban (no podría usarse mejor término) con cientos de imágenes y frases sobre el ataque israelí sobre la Franja de Gaza. Notas, crónicas, gráficos, fotografías, entrevistas, de todo tipo de horrores documentados había para sentirnos, en plena temporada navideña y de festejos de Año Nuevo, como una especie de insensibles egoístas ante el dolor en esa zona del mundo.

Pero hoy, 365 días después, los titulares son otros. Nuestra atención está retenida en otros acontecimientos. Que si un junior de origen africano y musulmán pone de cabeza a la seguridad estadunidense, que si il Cavaliere recuperará su sonrisa con unos nuevos dientes y nariz, que si Europa será ahora más Europa que nunca y, desde luego, no podría faltar la perorata de siempre de Hugo Chávez contra los enemigos de “su” socialismo. Muchas más noticias acaparan los espacios periodísticos pero la terrible situación de los palestinos tras la violenta reacción del gobierno israelí, brilla por su ausencia.

Un año después de la Operación Plomo Fundido, la población de la Franja de Gaza sufre el olvido, la indiferencia y el aislamiento del mundo con sus fronteras cerradas y padeciendo hambre.

En 22 días, del 27 de diciembre al 18 de enero del recién finado año, este diminuto espacio de 40 kilómetros de largo por 15 de ancho, y con un millón y medio de habitantes, sufrió la desmedida respuesta israelí ante la inexcusable –y fanática-- agresión de Hamas a suelo de Israel.

El balance no puede ser más desolador: mil 450 palestinos muertos—entre ellos 439 menores de 16 años y 127 mujeres--.

Hoy, mientras los agoreros de premoniciones pseudo mayas inician la cuenta regresiva al 2012 al tiempo que hacen del Apocalipsis un negocio, miles de palestinos intentan sobrevivir a su propio infierno.

De acuerdo a Christer Nordahl, director general de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), 80 por ciento de la población depende de la asistencia humanitaria y el desempleo alcanza 60 por ciento.

Irónicamente, la acción israelí logró detener los disparos de los cohetes palestinos y la calma en la Franja de Gaza se ha instalado pero no como reflejo de un remanso o como la que más de uno de nosotros está viviendo ahora en algún centro vacacional. La “tranquilidad” de esta región recuerda más a la que deja la muerte tras una dura batalla. Pero los resentimientos siguen ahí, en ambos lados. Y Hamas sigue gobernando. Es, lamentablemente, cuestión de tiempo para ver una nueva versión de una vieja historia.

Mientras tanto, el Nuevo Año es recibido por un brillante plenilunio. Un raro acontecimiento que, dicen los que saben, proclama “buen tiempo por delante”.


http://impreso.milenio.com/node/8696629

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