De Tácticas y Estrategias
Horacio Besson
Cleggmeron: matrimonio a la inglesa
Semana de titulares británicos. El Reino Unido ha renovado sus símbolos de lo que es y representa ante sí mismo y ante el mundo.
Por un lado, el icono del estilo londinense, Harrods, ya no está en manos del incómodo Mohamed Al Fayed, al que la oligarquía inglesa le ha hecho la vida imposible negándole la ciudadanía británica. Eso sí, el egipcio se va con los bolsillos repletos: mil 500 millones de libras. Más del doble de lo que pagó.
En Cannes, el mítico Robin Hood, símbolo de la justicia británica, saltaba a la pantalla de la mano de Ridley Scott, Russell Crowe y Cate Blanchett.
Y en Downing Street se sellaba el nuevo matrimonio Cameron-Clegg. Así lo informó The Guardian: “La boda veraniega fue feliz, pero las pruebas del matrimonio recién empiezan”. Y es que el nuevo primer ministro, el conservador David Cameron, ha logrado lo casi imposible, lo que él mismo calificó como “cambio histórico y sísmico”, al convertir su victoria cuasi pírrica en una estratégica alianza con sus adversarios, los liberal-demócratas, para lograr la mayoría parlamentaria.
¿Qué sigue ahora? No sólo se trata de degustar el té semanal con Her Majesty, sino enfrentar la muy preocupante situación económica y reducir el enorme déficit (11% del PIB) que amenaza con desbordarse.
Y hay más: el papel jugado por Londres en la invasión a Irak, el mantenimiento de tropas británicas en Afganistán, la ley migratoria y la tradicional fobia inglesa por Europa.
Todo esto en un extraño matrimonio entre los herederos de Margaret Thatcher (con la que se han desmarcado casi del todo) y la izquierda moderada de los lib-dems.
Si bien tienen mucho en común Cameron y Clegg, como sus orígenes aristocráticos, su edad -43 años-, sus estudios en exclusivas universidades (Oxford y Cambridge) e incluso un ligero parecido físico, existen muchos campos de la política en donde la distancia es más que evidente, como el de lograr un nuevo sistema electoral. De ahí las apuestas que circulan del tiempo de vida de la coalición, incluso algunos ponen el 2013 como fecha para los comicios anticipados.
Ante el pesimismo de algunos, Clegg responde: “Hasta ahora éramos rivales, ahora somos compañeros. Y eso dice mucho sobre la nueva política”. Típico optimismo de los novios cuando viven su luna de miel. Ya veremos cuando los primeros problemas cotidianos pongan a prueba la capacidad de diálogo del gobierno Cleggmeron.
Mientas tanto, tories y lib-dems hacen malabares para quedar bien con todo el mundo. Como Harrods: “Omnia Omnibus Ubique” (“Todas las cosas para todos, en todas partes”)… al tiempo que Hood recibe no tan buenas críticas en la Riviera francesa.
http://impreso.milenio.com/node/8766959
Horacio Besson
Cleggmeron: matrimonio a la inglesa
Semana de titulares británicos. El Reino Unido ha renovado sus símbolos de lo que es y representa ante sí mismo y ante el mundo.
Por un lado, el icono del estilo londinense, Harrods, ya no está en manos del incómodo Mohamed Al Fayed, al que la oligarquía inglesa le ha hecho la vida imposible negándole la ciudadanía británica. Eso sí, el egipcio se va con los bolsillos repletos: mil 500 millones de libras. Más del doble de lo que pagó.
En Cannes, el mítico Robin Hood, símbolo de la justicia británica, saltaba a la pantalla de la mano de Ridley Scott, Russell Crowe y Cate Blanchett.
Y en Downing Street se sellaba el nuevo matrimonio Cameron-Clegg. Así lo informó The Guardian: “La boda veraniega fue feliz, pero las pruebas del matrimonio recién empiezan”. Y es que el nuevo primer ministro, el conservador David Cameron, ha logrado lo casi imposible, lo que él mismo calificó como “cambio histórico y sísmico”, al convertir su victoria cuasi pírrica en una estratégica alianza con sus adversarios, los liberal-demócratas, para lograr la mayoría parlamentaria.
¿Qué sigue ahora? No sólo se trata de degustar el té semanal con Her Majesty, sino enfrentar la muy preocupante situación económica y reducir el enorme déficit (11% del PIB) que amenaza con desbordarse.
Y hay más: el papel jugado por Londres en la invasión a Irak, el mantenimiento de tropas británicas en Afganistán, la ley migratoria y la tradicional fobia inglesa por Europa.
Todo esto en un extraño matrimonio entre los herederos de Margaret Thatcher (con la que se han desmarcado casi del todo) y la izquierda moderada de los lib-dems.
Si bien tienen mucho en común Cameron y Clegg, como sus orígenes aristocráticos, su edad -43 años-, sus estudios en exclusivas universidades (Oxford y Cambridge) e incluso un ligero parecido físico, existen muchos campos de la política en donde la distancia es más que evidente, como el de lograr un nuevo sistema electoral. De ahí las apuestas que circulan del tiempo de vida de la coalición, incluso algunos ponen el 2013 como fecha para los comicios anticipados.
Ante el pesimismo de algunos, Clegg responde: “Hasta ahora éramos rivales, ahora somos compañeros. Y eso dice mucho sobre la nueva política”. Típico optimismo de los novios cuando viven su luna de miel. Ya veremos cuando los primeros problemas cotidianos pongan a prueba la capacidad de diálogo del gobierno Cleggmeron.
Mientas tanto, tories y lib-dems hacen malabares para quedar bien con todo el mundo. Como Harrods: “Omnia Omnibus Ubique” (“Todas las cosas para todos, en todas partes”)… al tiempo que Hood recibe no tan buenas críticas en la Riviera francesa.
http://impreso.milenio.com/node/8766959
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