viernes, 16 de julio de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson


Naomi Campbell y los 50 mil muertos de Sierra Leona


La historia es digna de una nueva secuela de James Bond: ambiciones desmedidas de un hombre africano otrora poderoso, una sangrienta guerra civil con miles de muertos, un descarado tráfico de armas, el embeleso irracional generado por la industria de los diamantes y, desde luego para ser digna del agente secreto británico, una diosa de ébano, escultural y, por muchos años, ama y señora de las pasarelas.

Ayer, el Tribunal Especial para Sierra Leona (TESL) dio a conocer que citó a la modelo Naomi Campbell, en calidad de testigo, en el caso que se le sigue a Charles Taylor.

El embrollo empieza a mediados de los noventas: Taylor, entonces presidente de Liberia (esa utopía inventada en 1847 por EU para alojar —y de paso expiar sus culpas— a cientos de esclavos que obtendrían “en su continente de origen” su anhelada libertad), decide que los asuntos de sus vecinos son sus asuntos. En este caso, Sierra Leona, que vivía inmersa en una cruenta guerra civil.

Taylor otorga su apoyo a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) proporcionando armas de fuego de forma ilegal a cambio, eso sí, de un pago en especie: diamantes en bruto.

Pero el intercambio de material bélico por joyas tuvo un precio para Sierra Leona: 50 mil muertos. De ahí que el tribunal internacional esté juzgando desde 2008 a Taylor —cuyo caso ha sido trasladado a La Haya para garantizar la seguridad de jueces, fiscales y testigos— por once cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad.

En 1997 el destino, el glamour y la galantería del ex hombre fuerte de Liberia le jugaron una mala pasada a Naomi Campbell, cuando en una cena organizada por Nelson Mandela, entonces presidente sudafricano, Taylor decide obsequiarle un diamante. Para aderezar más el caso (y otorgarle un tufillo de amarillismo), la versión del supuesto regalo a la modelo fue proporcionada por la ex de Sinatra y Woody Allen, Mia Farrow.

Ahora la corte, bajo el auspicio de la ONU y del gobierno de Sierra Leona, quiere a la modelo como testigo para que cuente su versión de los hechos ante los argumentos de la fiscalía que asegura que el diamante regalado demostraría que Taylor negociaba con la insurgencia sierraleonesa.

El TESL “ordena que la acusación prepare y someta inmediatamente una citación de comparecencia” y ordena transmitirla “a las autoridades competentes del Estado donde reside Campbell”. De no acudir a la cita este 29 de julio, la modelo (famosa por el escultórico cuerpo y por su carácter iracundo), “incurrirá en un delito de desacato”.

Dicen que un “diamante es para siempre”. En este caso, puede traerle a Campbell más que una eternidad del mentado alótropo de carbono: siete años de prisión o 150 mil dólares de multa.

http://impreso.milenio.com/node/8793187

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