viernes, 16 de julio de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

¿Quién gana en Cuba?

¿Quiénes ganan ante el anuncio de la excarcelación de los 52 presos políticos cubanos?

Desde luego, los propios opositores que obtendrán la libertad y Guillermo Fariñas que abandona la huelga de hambre después de 135 días. La disidencia interna refuerza su convicción del “si se puede” (en los próximos meses sabremos si sustentada en los hechos o en la ingenuidad) y si se maneja con inteligencia, preparará su estrategia para la era post-Castro.

Sin duda, la Iglesia católica que supo atar los acuerdos. El mérito, más que del Vaticano, es de la grey isleña, encabezada por el arzobispo y cardenal Jaime Ortega. El gobierno español que ha estado presente en la consolidación del acuerdo, merece parte del mérito. El anuncio de la liberación de los disidentes, dado por la Iglesia y no por el gobierno cubano, se da en el marco de la visita de Miguel Ángel Moratinos, canciller de Rodríguez Zapatero. Y, nos guste o no, gana Raúl Castro.

Hay una historia que el propio Fariñas recuerda en un escrito, parte de su libro Radiografía del miedo, difundido ayer por diario El Mundo. Se trata de una especie de anécdota en torno a la forma como Raúl Castro tiene para resolver las cosas.

El suceso habría ocurrido tras el triunfo de la revolución. Tras una sublevación en contra del nuevo gobierno, Raúl decidió que para “neutralizar” la rebelión debería fusilar públicamente a varias decenas de contrarrevolucionarios.

“Fidel le envió un mensaje a su hermano: ‘Por favor, Raúl, modérate con los fusilamientos notorios, nos son muy perjudiciales’”, afirma Fariñas. Y Raúl respondió: “No te preocupes, que los voy a comenzar a ahorcar, para que nadie nos pueda acusar más de derramar una gota de sangre”.

Pero, al parecer, 51 años después, Raúl se ha manejado de forma distinta. La Habana supo actuar aunque haya sido en el límite del tiempo pues la muerte de Fariñas habría sido un golpe de enorme fuerza en su contra. Así, Raúl Castro obtiene oxígeno a nivel internacional. Sobre todo ante la Unión Europea.

Quizá las declaraciones de Fariñas, tras salir de su ayuno, tengan razón: “Esta confrontación entre demócratas versus antidemócratas no tiene vencedores ni vencidos, si no que ha ganado Cuba”.

Ya veremos que dice Fidel en sus interminables “Reflexiones”.

http://impreso.milenio.com/node/8796756

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