viernes, 26 de febrero de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

De culebrones y partos latinoamericanos

Personaje uno: “¡Sea varón. Estos temas se discuten en estos foros. Usted es valiente para hablar a distancia y cobarde para hablar de frente!”.

Personaje dos: “¡Váyase usted al carajo!”.

Latinoamérica sabe hacer telenovelas. Somos expertos en los melodramas. Y esta semana hemos refrendado esa debilidad por los culebrones en la Cumbre de la Unidad, en donde los personajes fueron protagonizados por nuestros queridos mandatarios. Porque a eso se asemeja el anuncio de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños: más de lo mismo, pero con otro nombre y sin tener un argumento de fondo que logre trascender la historia; tampoco otro propósito que no sea entretener sin lograr nada. Absolutamente nada.

Los interrogantes se agolpan. Si el pomposo nombre implica el gentilicio “latinoamericano”, ¿por qué excluir a Canadá, cuando hay casi ocho millones de francófonos en Québec? ¿Porque son blancos y ricos o porque son de origen francés y no ibérico? Entonces, con ese parámetro, ¿qué hacemos con los haitianos y un buen número de islas caribeñas en donde se habla francés?

También hay incongruencias que hasta un niño de primaria notaría: ¿si es de Estados latinoamericanos y caribeños, qué hacer con Guyana y Surinam que no son de origen latino y no están en el mar del Caribe?

¿Cuál será el objetivo de esta Comunidad? ¿Que nuestros mandatarios tomen un envidiable color bronceado y se conviertan en modelos de ropa folklórica? ¿Solucionará crisis como la hondureña? ¿Las pugnas Chávez-Uribe? ¿Estará a la altura de las circunstancias cuando los Castro se vayan? ¿Qué harán si Washington decide atacar-invadir cualquier nación de la región?

¿De qué han servido las casi dos décadas de las distintas versiones anuales de la Cumbre Iberoamericana cuando lo único recordable es el “por qué no te callas”?

Hay más de 43 millones de hispanos en Estados Unidos (el equivalente a la población de Colombia y sólo México tiene más habitantes), uno de ellos nieto y sobrino de presidentes y con la mitad de su ascendencia enraizada en Guanajuato. ¿Están conscientes de ello los gobernantes latinoamericanos?

Sentémonos, pues. Este nuevo culebrón va a empezar. El guión ya ha sido escrito. Todo indica que será otro fusil de los clásicos, anunciando el parto de los montes. Esperemos que, esta vez, Esopo se equivoque.

http://impreso.milenio.com/node/8726057

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