viernes, 5 de marzo de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

Los placeres que tientan a Roma

Algo pasa en Roma. Tras las fuertes nevadas de febrero (las más intensas en 24 años), los escándalos son ahora los que cubren a la Ciudad Eterna. Los ingredientes son los básicos para hacer estallar la indignación en las conversaciones de sobremesa de las familias italianas: corrupción, políticos, empresarios, dinero... y sexo, mucho sexo.

Angelo Balducci, personaje principal de las notas venidas a comidilla en los medios de comunicación italianos, inició el embrollo del escándalo al ser acusado de tejer una gigantesca, y lucrativa, red de intereses corruptos en torno a la organización de la cumbre del G-8, realizada en julio pasado, y que le habría costado al erario italiano más de 500 millones de euros.

Pero no sólo eso, Balducci tiene mucho más que mostrar. “Angelo... no te digo más. Dos metros, 97 kilos, 33 años y completamente activo”. Quien recomienda es Chinedu Thomas Ehiem, nigeriano de 40 años, o Mike para los amigos. Quien escucha, es Balducci. Poco se sabe de la “mercancía” a tratar, salvo que, ante el juicio que se le sigue al ex presidente del Consejo Superior de Obras Públicas, podría implicar el delito de explotación de prostitución masculina.

El catálogo era grande: cubanos, italianos o europeos del Este, futbolistas, bailarines, modelos. El color no importaba: latinos, rubios y negros. Migrantes y… seminaristas.

Y es que Balducci y Mike son hombres de fe: el primero, casado y con dos hijos, como Caballero de Su Santidad —la elitista y exclusiva organización laica de la Curia Romana—y el segundo, el que le conseguía los ignudi, cantor de la coral de la capilla Giulia de San Pedro.

Por ello, quizá preocupado por la formación de uno de sus muchachos, Balducci se le oye preguntar: “¿Él, a qué hora tiene que volver al seminario?”.

Incluso hay buenos consejos por parte de uno de los cómplices de Mike a un ragazzo: “Pones música, te tragas el Viagra y ¡adelante! Son dos mil euros”.

La red de prostitución masculina salió a la luz pública por las conversaciones telefónicas espiadas, grabadas y, ahora, presentadas ante un juez de Florencia que sigue el caso de Balducci, en una investigación de personajes cercanos, “muy cercanos” aclara la prensa italiana, a Guido Bertolaso, poderoso secretario de Estado y uno de los consentidos de Silvio Berlusconi. Y hay más, Balducci, de 63 años, también es investigado por las obras públicas en torno al Jubileo Extraordinario del 2000 en donde altos funcionarios del Vaticano habrían participado.

Encerrado en prisión mientras espera el desenlace de su juicio, Balducci tendrá tiempo de sobra. La lectura le puede ayudar. La primavera romana de la señora Stone, de Tennessee Williams, podría ser una excelente recomendación.

http://impreso.milenio.com/node/8729830

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