viernes, 9 de abril de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

Es desde adentro, Raúl

Fue durante su visita a Brasil en marzo de 1990. Fernando Collor de Mello asumía la presidencia. En ese marco, Fidel se encontraba con Felipe González y Carlos Andrés Pérez.

El entonces mandatario español le propuso una apertura escalonada en la isla. Controlada, desde luego, por la propia nomenklatura cubana. Mordaz y diplomático, Fidel le respondió: “Yo aprecio mucho su profunda preocupación por nuestro país, pero las concepciones son diferentes. Sí, nosotros preferimos Sagunto y Numancia a ser esclavos”.

Un mes después, Castro revelaba: “Yo podría preguntarles entonces si hay algo más democrático que una revolución socialista verdadera y profunda (…) A nosotros nos falta poco para ser una democracia griega de verdad”.

Desde entonces, Numancia, la heroica ciudad que resistió el sitio romano por trece meses y que antes que entregarse, sus pobladores prefirieron inmolarse, es tomada por los Castro como un espejo que la Historia les ha donado para reflejarse a sí mismos.

Veinte años después, el tiempo no pasa para La Habana. Raúl Castro (emanado de esa perfecta democracia a la griega, dixit Fidel), en su discurso pronunciado el domingo pasado para la clausura del noveno Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, sigue recordándonos que Cuba es la reencarnación de Numancia: “Este país jamás será doblegado, por una vía u otra, antes prefiere desaparecer”.

Más allá del discurso catastrofista, más allá de Washington, más allá de Miami, de Orlando Zapata y de Guillermo Fariñas, de políticas e ideologías, ¿qué piensa el cubano común? ¿Está dispuesto a “desaparecer”?

¿Y si para este isleño común y corriente, el enemigo, aquél que no lo deja opinar y consumir lo que le plazca, no está afuera sino adentro?

Ni ejércitos extranjeros ansiosos de invadir, ni agentes terroristas del capitalismo. Es la inflada burocracia, la corrupción y las “regulaciones estatales excesivamente paternalistas e irracionales” las que ahorcan más que nunca al cubano.

Raúl lo sabe y lo dice en el mismo discurso: “La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social”.

No son “los centros del poder imperial en Estados Unidos y Europa” Raúl, es desde adentro donde se están moviendo las exigencias.

Ya lo dijo Silvio: Cuba “pide a gritos una revisión de montones de cosas”.

Bastaría quitarle la “r” a la revolución para lograr la evolución. Bastaría, pero a veces, una sola letra detiene el futuro de un pueblo. Será cuestión de tiempo.

http://impreso.milenio.com/node/8747871

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