sábado, 28 de agosto de 2010

De Tácticas y Estrategias

Horacio Besson

Más allá de sotanas e intolerancias


Podría hablar de los absurdos, hipocresías, intolerancias y megalomanías de aquellos hombres que se figuran dioses y amos absolutos de la Verdad. Héroes para su fe, su ideología o su narcisismo.

O de aquellos que, ya sea desde las Antillas, el Orinoco o los púlpitos tapatíos tienen mucho que decir sobre guerras atómicas, intentos de censura (por conspiraciones “pornográficas”) o de sobornos mimetizados en tamales y de patéticas encarnaciones de Tomás de Torquemada.

Pero el embrujo de una melodía cae sobre mi escritura. A más de 66 años, la vieja canción “Highland Laddie” se transmuta, a través de un hecho lamentable, para revalorar el honor y la valentía.

El miércoles se dio a conocer la muerte de Bill Millin, un gaitero escocés que demostró arrojo y coraje en el “Día más largo del siglo”: el domingo 6 de junio de 1944.

Piper Bill estuvo, con su inseparable gaita, en el desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.

Ahí, Millin animó a centenas de soldados aliados a través del sonido de su gaita. Con sólo 21 años y una obstinada y osada determinación, no paró. Jamás se detuvo. La gaita siguió infundando valor a las tropas británicas en medio de las balas nazis. Sin protegerse y sin arma alguna, caminó en Sword Beach, Francia, al tiempo que muchos de sus compañeros caían muertos.

“Fuimos los primeros de nuestras tropas en alcanzar la orilla. Las rampas de la lancha se abrieron y tan pronto como empezamos a salir, (el comandante) Lovat me ordenó que tocara ‘Highland Laddie’. Empecé a tocar tan pronto como pisé el agua. Cada vez que oigo esa canción me recuerdo caminando por el agua.

“No había tiempo para sentir ninguna emoción. Normandía fue una de las campañas más trastornantes porque hubo muchas bajas. Aquello era un campo de muerte.”

Piper Bill. Un ser humano que amó lo que hizo y demostró que la valentía se sustenta con hechos, no con palabras. Sin vanagloria ni mesianismo.

Que otros busquen la gloria de autonombrarse héroes. Tarde o temprano, el barro terminará por resquebrajarse.


http://impreso.milenio.com/node/8818724

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