lunes, 13 de junio de 2011
DE TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS
Horacio Besson
Humala: entre el estigma y la conversión
No se hagan bolas”, pareciera decirnos Ollanta Humala cuando define el arquetipo de izquierda que busca para Perú: “Reconocemos que Brasil es un modelo exitoso que ha logrado crecimiento económico, con estabilidad macroeconómica e inclusión social”, afirmó en territorio brasileño.
Y es que no es lo mismo Caracas que Brasilia y el sucesor de Alan García, al parecer, aprendió a diferenciarlas para su propio beneficio político. Supervivencia pura que el tiempo nos dirá si está basada en una reflexión y en una evolución o es una simple estrategia para seducir a los ingenuos.
Y es que a Ollanta Moisés Humala Tasso le persigue el estigma de haber sido “incondicional” de Hugo Chávez hace cinco años cuando el peruano buscó la presidencia bajo los acordes del mandatario venezolano.
El diario La Tercera nos recuerda los estrechos vínculos existentes entre ellos. Fue el 3 de enero de 2006 cuando ambos ex militares se reunieron, junto a Evo Morales, en Caracas, a cuatro meses de que se realizaran los comicios presidenciales peruanos. En marzo del mismo año, prosigue el periódico chileno, Chávez declaró en Perú: “Quiero saludar la presencia de un soldado peruano que hace varios años condujo una quijotada... Me da mucho gusto saludar a Ollanta Humala”. Chávez se refería al alzamiento militar contra Alberto Fujimori el 29 de octubre de 2000, encabezado por Ollanta y su hermano Antauro, que derivó en la nada cuando sus elementos (no llegaban al centenar) se diluyeron en la serranía andina sin que fueran tomados muy en serio.
Derrotado en 2006 en segunda vuelta por el actual presidente, Alan García, Humala tuvo mucho tiempo para reflexionar y rectificar su relación con Chávez.
El 15 de mayo pasado, el rotativo colombiano El Espectador recordó lo declarado por Humala con el periodista Mauricio Fernandini: “Admito que fue mi error, nosotros hemos querido corregir todos nuestros errores”. Humala dijo, continúa el diario, “que al rectificar su posición ‘no actúa’ y es ‘sincero’ y especificó que sus diferencias con Chávez se dan porque no está de acuerdo ‘con las reelecciones indefinidas, con el control monetario, ni con el intervencionismo’ estatal”.
Ya veremos. Por lo pronto, se ha reunido con Dilma Rousseff, una ex guerrillera detenida y torturada por los militares por tres años. Hoy, lo hará con Lula da Silva, un ex dirigente sindical y el lunes, se encontrará con José Mujica, ex miembro de los Tupamaros (herido de seis balazos, apresado cuatro veces y fugado de la cárcel en dos ocasiones).
Todos ellos rectificaron. Hoy son sinónimo de una izquierda inteligente alejada de la demagogia, de las tentaciones del caudillismo y de la fobia a la iniciativa privada. De aquella, como se dice en el lulismo, que entiende que “el poder es como el violín, uno lo agarra con la mano izquierda y lo toca con la mano derecha”.
jueves, 2 de junio de 2011
De Tácticas y Estrategias
USA: ¿un hispano para presidente?
Horacio Besson
Se dice que cada 30 segundos nace un hispano en territorio estadunidense. Dos mil 880 cada 24 horas. Estamos hablando que un millón 51 mil 200 latinos nacen cada año al norte del río Bravo. Tan sólo un comparativo: de acuerdo al INEGI, Aguascalientes tiene un millón 184 mil 996 habitantes.
Los hispanos tienen prisa en Estados Unidos: en diez años, 2000-2010, han crecido 43%. Es decir, 15 millones de latinos se sumaron en una década. Esto es cuatro veces más que el total de la población estadunidense que aumentó en 9.7 %. De acuerdo al censo estadunidense 2010 (http://www.census.gov/), dado a conocer ayer, la comunidad hispana es ya 15.1 % del país norteamericano. Esto es, 45.4 millones de latinos (en México somos 112 millones 336, 538).
California, Texas, Florida, Nueva York, Illinois, Arizona, Nueva Jersey y Colorado son los estados en donde 75 % de los hispanos se concentra. En cada uno de ellos, los latinos superan el millón. Pero además, para mala suerte de las agrupaciones supremacistas (Ku Klux Klan, Partido Nazi Americano, Minuteman Project, por mencionar algunas de ellas), en todos los estados de la Unión Americana creció el porcentaje de hispanos.
¿Y los mexicanos? Ahí están, a la cabeza de la lista: 63 % de los latinos que viven en EU son de origen mexicano. En diez años pasaron de 20.6 millones a casi 32 millones. Equivalen a casi 30 % de los mexicanos que vivimos en el territorio nacional.
Una cosa es el peso demográfico de la población hispana en EU. Otra, su poder económico y sobre todo político. Falta mucho para nivelarlos y equipararlos. Sin embargo, las tendencias hablan de su creciente importancia en los índices productivos, laborales y de consumo así como dentro de los partidos políticos (y esto incluye al Tea Party).
¿Un hispano en la Casa Blanca en una o dos décadas? Un pequeño dato: Hasta ahora el poderoso clan Bush ha dado dos presidentes: George H. W. Bush y su hijo, George W. Bush. Pero existe un tercer George Bush. Nieto del primero y sobrino del segundo (W. Bush no tiene hijos varones). Si uno lo observa, notará el gran parecido con su madre, Columba Garnica Gallo: ojos y cabello obscuros. Piel morena. Por cierto, la ex primera dama de Florida nació en León, Guanajuato.
http://impreso.milenio.com/node/8965508
miércoles, 25 de mayo de 2011
De Tácticas y Estrategias
España (¿México?): cuando los políticos hartan
Horacio Besson
Están enojados. Indignados. Son jóvenes y empiezan a desesperarse. ¿Cómo reaccionar cuando el desempleo juvenil supera el 40%? ¿Qué hacer cuando el presente económico está hecho añicos?
Los jóvenes españoles han dejado atrás la incredulidad y la apatía. Cuestionan al establishment. Piden cambios, increpan a los políticos. No importa si son del PP o del PSOE. Simplemente están hartos.
El domingo pasado eran sólo mil. Ayer, la emblemática Puerta del Sol madrileña se llenó de miles de personas (a los rostros juveniles se le han sumado voluntades que rebasan las cuatro y cinco décadas). Acampan para hacerles saber a los políticos que no quieren que la situación siga así.
Ayer eran ya 60 ciudades españolas con algún tipo de plantón e incluso a nivel internacional, las voces empiezan a hacer eco para solidarizarse: Bruselas, Berlín, Florencia, Londres, París, Turín, Viena, Buenos Aires, Bogotá y la ciudad de México entre otras. En Facebook, hasta la tarde de ayer, superaba los 215,611seguidores (la página mexicana, 1037).
¿Quiénes son? De acuerdo a su manifiesto (http://democraciarealya.es/) son “personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean. Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos”.
El documento, titulado Democracia real ya, sostiene: “Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie. Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor”.
El movimiento, previo a las elecciones municipales y regionales españolas de este domingo, no tiene una cabeza visible. No hay, hasta el momento, indicios de que tenga un origen demagógico. No se ve manipulación ni mano negra por parte de alguna formación política o anarquista. Todo parece indicar que es un grupo real, espontáneo, del ciudadano joven urbano promedio que está indignado y desilusionado con la clase política.
Mientras tanto, México se prepara para ver (¿soportar?) en 2012 el batidero y el chiquero que los políticos acostumbran convertir al proceso electoral….
¿Haremos saber nuestro hartazgo y nuestra indignación?
domingo, 15 de mayo de 2011
La célebre mirada de Annie Leibovitz
Horacio Besson
El arte es seducción, no rapto
Susan Sontag
La pupila se reduce en apenas una milésima de segundo para convertirse en un pequeño punto negro enmarcado de azul grisáceo. Frente a su ojo izquierdo, la cámara. El índice de su mano derecha no para. La vista se regodea. La imagen queda plasmada. Es Annie Leibovitz quien, a punto de cumplir los 60 años el próximo dos de octubre, se ha convertido en un referente obligado de la fotografía, catapultando un estilo de vida sólo accesible a las celebridades y en donde la belleza, el lujo y la fama se conjugan para aparecer en revistas y anuncios como reflejo de unos pocos, muy pocos, y como el fetiche aspiracional de millones de habitantes de esa nación llamada clase media. Y es que la parte más conocida del trabajo de Leibovitz ha sido retratar, en grandes producciones envueltas en la absoluta opulencia, a los dioses del Olimpo contemporáneo; lo mismo a reinas octogenarias que a presidentes de la aún nación más poderosa del mundo, estrellas inalcanzables de Hollywood, ex mandatarios dedicados a destruir muros, señores feudales de la música, amos del deporte, deidades de pasarela y astronautas convertidos en modelos: Pedro Almodóvar, Mikhail Baryshnikov, Bono de U2, Carla Bruni, William S. Burroughs, George W. Bush, Bill y Hillary Clinton, Penélope Cruz, Catherine Deneuve, Leonardo DiCaprio, Francis Ford Coppola, Mijail Gorbachov, Al Gore, Isabel II, Michael Jackson, Angelina Jolie, Robert F. Kennedy Jr., Nicole Kidman, Madonna, Nelson Mandela, Demi Moore (desnuda y con un embarazo de siete meses), Barack Obama, Luciano Pavarotti, Brad Pitt… El mundo que refleja Leibovitz, lleno de la perfecta armonía de una estética impoluta y en donde no cabe la pobreza, el dolor ni la fealdad, ha hecho que muchos tachen las imágenes de Leibovitz como “insensibles” y “superficiales”.
En respuesta a una pregunta del diario madrileño El Mundo sobre cómo consideraba su propio trabajo, con motivo de la inauguración de la exposición Annie Leibovitz: vida de una fotógrafa. 1990-2005 en la capital española el 19 de junio (que terminó el 20 de septiembre pasado, dos semanas después del cierre contemplado debido a su rotundo éxito con más de 100 mil visitantes), la fotógrafa afirmó: “Mucha parte de esa obra creo que es basura, pero luego hay una parte muy buena. Me doy por satisfecha si hago cinco fotos buenas en un año”.
DE VANIDADES RODANTES
La fotógrafa de más de un metro 80 de estatura y nacida en Connecticut en 1949 le narra al diario ABC sus inicios en los años setenta: “Comencé en Rolling Stone retratando a gente que lo que hacía, lo hacía bien: escritores, actores, atletas... Lo primero es siempre la fotografía, antes que la gente famosa; eso ha sido mi primer amor. Me gusta fotografiar a personas que admiro y que me importa lo que hacen. Con mis fotos espero dar una idea de cómo es nuestro tiempo. Me gustaría cada vez que hago una foto lograr algo que no se espera”.
El binomio de creatividad Rolling Stone-Leibovitz duró 10 años al desempeñarse ella como editora en jefe de fotografía de la revista, acumulando 142 portadas de su autoría. Una de ellas, publicada el 22 de enero de 1981, destaca de manera particular. Fue tomada en Nueva York en época prenavideña, el ocho de diciembre de 1980. Annie tiene cita en el edificio Dakota para una sesión fotográfica con John Lennon y Yoko Ono. Horas después, mientras Leibovitz guardaba un negativo con la imagen de Lennon desnudo abrazando a su mujer vestida de negro en el suelo, Mark David Chapman descargaba cuatro balas contra el cuerpo del músico.
En 1983 Leibovitz cambió Rolling Stone por Vanity Fair y, en menor medida, Vogue, retratando por más de 25 años a la élite del glamour y la opulencia: el trabajo de Leibovitz es la encarnación contemporánea de las pinturas de la Corte española que en el siglo XVII Diego Velázquez se obsesionaba en retratar.
Se dice que Leibovitz gana dos millones de dólares anuales. Pese a ser una de las fotógrafas mejor pagadas, Annie sufre los estragos de la crisis mundial al estar actualmente al borde de la bancarrota tras haber tenido que empeñar todos sus bienes, entre otras cosas, por la prolongada enfermedad y muerte de su pareja, Susan Sontag. Apenas el 11 de septiembre pasado llegó a un acuerdo con su acreedor, Art Capital, que retiró la demanda por 24 millones de dólares. Leibovitz hizo lo correcto en el momento incorrecto: pidió prestado a cambio de hipotecar todas sus obras y con el respaldo de sus propiedades. Más pronto que tarde los intereses hicieron lo suyo.
DETRÁS DE LA IMAGEN
La cara más conocida de Annie son sus fotos en portadas y editoriales de Rolling Stone, Vanity Fair y Vogue, y su trabajo incluye exitosas campañas comerciales para American Express, Calvin Klein, Lavazza, Louis Vuitton y Walt Disney, entre otras, así como los pósters del Mundial de futbol México 86, un dossier de fotografía documental y de paisajes, un cortometraje (Zoetrope), portadas de discos (con Born in the USA, de Bruce Springsteen, ganó el Grammy por mejor portada en 1983), la fotografía oficial de los Juegos Olímpicos de Verano en Atlanta (1996) y el calendario Pirelli del 2000. Si bien su lente ha capturado caras y cuerpos que reflejan éxito y poder, Annie también ha fotografiado a hombres, mujeres y niños que, teniendo Sida, quieren seguir viviendo y erradicar cualquier estigma. En 1993, la Fundación San Francisco AIDS exhibió los retratos como parte de una campaña de toma de conciencia, mientras una bicicleta tirada en el suelo con una gran mancha de sangre en semicírculo a su izquierda es uno de tantos testimonios visuales de Leibovitz del sitio serbio sobre Sarajevo que la propia fotógrafa vivió durante un verano de hace 16 años. “Alguna vez he creído que se me ha dejado de lado porque no se me tomaba en serio. Pero cuando estás en una situación de guerra, está la vida y está la muerte. He aprendido mucho de los fotógrafos de guerra. Quería hacer algo: no era sólo ayudar, sino involucrarme. Un mortero cayó delante de nuestro coche cuando conducíamos por el vecindario, golpeó a un adolescente que iba en una bicicleta abriéndole un gran agujero en la espalda. Lo metimos en el coche y lo llevamos rápidamente al hospital pero murió en el camino...”. Un año después, Leibovitz viajaría a Ruanda para retratar el horror de la masacre de tutsis.
Hija de un teniente coronel, Annie no fue tan ajena en su niñez y juventud a las temáticas militares. Las obligaciones de su padre hacían que la familia se mudara frecuentemente hasta llegar a una base militar estadunidense en Filipinas durante la Guerra de Vietnam, donde Annie decide evadir toda cuestión bélica refugiándose en su nuevo descubrimiento: el cuarto oscuro para revelar fotografías de la base aérea. En 1991, Anna-Lou Leibovitz se convirtió en el segundo fotógrafo vivo —y la primera mujer— en exponer sus retratos en la Galería Nacional de Retratos de Washington DC, y nueve años después, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la nombró “Leyenda viviente”.
AUTORRETRATO
Una imagen de Leibovitz muestra, sobre una especie de camastro, a una mujer de pelo corto y cano acostada boca arriba. Vestida de oscuro y con calzado negro mantiene sus manos sobre el estómago. La foto nos hace pensar, en un primer momento, que la mujer está dormida plácidamente. Pero esa mujer es la afamada escritora y ensayista estadunidense Susan Sontag, quien horas antes, el 28 de diciembre de 2004, perdiera su batalla contra la leucemia. “Después de que Susan muriera hablé con su hijo David. Uno de los primeros usos de la fotografía fue retratar a los muertos para tener su memoria. Lo discutí con David y me dijo que era algo que tenía que hacer. Me dio su permiso, de alguna manera. Pero en aquella sala era como si Susan no estuviera allí. Su cuerpo era como un artefacto. Estaba el cuerpo, pero ella no. Y yo estaba más bien en el papel de una fotógrafa”.
Papel que interpretó por primera vez para Sontag en 1988 cuando fue a tomar unos retratos para la sobrecubierta de su libro El Sida y sus metáforas. A partir de ese instante la artista visual —17 años menor— y la prestigiosa intelectual se volvieron inseparables para vivir una historia en común durante los siguientes 16 años, sólo interrumpida por el obcecado cáncer que terminó por vencer a una testaruda Sontag, quien lo combatió férreamente en distintos frentes (primero de mama, luego como sarcoma uterino y finalmente como leucemia). Leibovitz la acompañó fielmente, siempre con su cámara, como intentando atrapar los buenos momentos, quizá buscando retenerla así, en vida, a través de sus fotos y detener —desaparecer— la enfermedad.
Pero la propia cámara fue testigo del derrumbe: imágenes en el hospital, en tratamiento, sin su melena —de la que tan orgullosa se sentía—, en camilla a punto de subir a un jet, y finalmente, en su lecho de muerte. “Las imágenes de Susan me ayudaron a superar su muerte. Tuve la suerte de revivir todos esos sentimientos y de darme cuenta de todo lo que había recibido de mi familia, de mis padres (su padre murió meses después que su pareja), de mis hijas (…) hay mucho amor en ese trabajo. Para mí son como pruebas de lo que me dieron”.
Tres años antes de morir Sontag, Leibovitz, a los 51 años de edad, dio a luz a una niña, Sarah Cameron, tras un embarazo por inseminación artificial, y en 2005 tuvo a las gemelas Susan y Samuelle por medio de una madre de alquiler. A casi cinco años de la muerte de Sontag, con sus tres inseparables niñas alrededor suyo, con reconocimientos, éxitos, proyectos y deudas, Leibovitz, cámara en mano, reflexiona sobre lo que ha vivido. No duda: “Más que una memoria de mi vida, mis fotos son una evidencia, una prueba de mi existencia”.
De Tácticas y Estrategias
La dulce Amal (o cómo ser una buena esposa de Osama)
Horacio Besson
Un familiar, entrevistado por CNN, la describió como “una adolescente tranquila, amable, tolerante y confiada”. Claro, eso fue hace más de una década, cuando sólo tenía 18 años y estaba soltera.
Eran otros tiempos, cuando la fatalidad aún no llegaba: las Torres Gemelas eran sólo una referencia para los empresarios y para los turistas.
Amal al-Sadah, insiste su pariente a la cadena estadunidense, era lo que suele llamarse una “niña bien”, nacida en “buena cuna” de una numerosa y conservadora familia yemení, ajena por completo a Al Qaeda.
Pero el amor todo lo cambia. Y la dulce Amal se transformó. Todo empezó cuando en julio de 2000, la joven contrajo matrimonio, arreglado entre familias como exige la tradición, con Osama bin Laden. Él habría pagado una dote de cinco mil dólares.
Al-Sadah pronto le dio una alegría a su amado esposo cuando, fruto de la unión, nació Safiyah en Kandahar, Afganistán. La primogénita nacía pocas semanas después del funesto 11-S. Doble alegría para Osama.
Amal Ahmed Abdel-Fatahal-Sada, ahora tiene 29 años y es viuda. Y de acuerdo a versiones de la siempre misteriosa y dubitativa autoridad paquistaní (Washington no ha dicho gran cosa al respecto), estuvo presente el pasado 1 de mayo cuando un escuadrón de Seals ultimó con un balazo en la cara a Bin Laden (“trozos de cerebro colgando”, ha dicho el senador republicano por Oklahoma James Inhofe, al describir el cadáver).
Además de Amal, otras dos esposas de Osama, identificadas como Umm e Hamza y Umm e Jalid, habrían estado en el momento en que el “Team 6” de los marines mató a Osama.
Pero Al-Sada resultó la más aguerrida, la que demostró que el amor es sacrificio: al ser tomados por sorpresa por los estadunidenses y ante un Osama desarmado, la yemení no dudó en interponerse entre las disparos de los atacantes y su querido esposo recibiendo un balazo en la pierna.
Hoy, ella y las otras dos viudas, están retenidas por el gobierno paquistaní. Sin duda ya han sido interrogadas por Islamabad y quizá por Washington. No hay cargos contra Amal. Pronto deberá regresar a la pequeña población de Ibb, a 160 kilómetros al norte de Saná.
¿Y la pequeña Safiyah? Para ella, Osama tenía muchos planes a decir del periodista paquistaní Hamid Mir que lo entrevistó poco después del 11-S: “La llamé así por Safiyah, quien mató a un espía judío en la época del Profeta. (Mi hija) va a matar a los enemigos del Islam como Safiyah”.
De Tácticas y Estrategias
De Hitler, Osama y Santo Tomás
Horacio Besson
Hoy, el escepticismo se ha desatado. Las dudas sobre la muerte de bin Laden crecen ante la ausencia del cuerpo. ¿Por qué no se mostró? “Porque no es un trofeo” argumenta Obama. Porque difundir imágenes del cadáver podría provocar “violencia adicional o ser utilizadas como herramienta de propaganda”, refuerza.
Como sea, en la era del Homo videns, la ausencia de imágenes para mostrar y comprobar los hechos, implica aceptar que no existió dicho acontecimiento. ¿No hay evidencia visual del cadáver de Osama en YouTube, Facebook, televisores o diarios? Entonces, cómo tener la certeza de su muerte se preguntan millones.
Y en lo que respecta a la operación para acabar con la vida de Osama, Washington no está haciendo nada para contrarrestar las versiones que ya se han disparado en todo el mundo que la califican como un burdo montaje.
Pero los recelos de la población ante los anuncios de sus gobiernos no son nuevos. Hoy, la (¿supuesta?) muerte de Osama no es más que una nueva versión de lo ya vivido. Como lo sucedido entorno al (¿supuesto?) suicidio de Adolf Hitler.
La Historia nos dice que ante su inminente derrota, el Führer decidió, junto a Eva Braun, quitarse la vida. Tras su muerte, Otto Günsche, su asistente, cumplía las instrucciones dadas horas antes por Hitler: roció el cadáver con gasolina y le prendió fuego.
Días después, las tropas soviéticas encontraron restos humanos calcinados e irreconocibles en el búnker del dirigente nazi que se adjudicaron a Hitler. Moscú nunca los mostró. Ninguna evidencia sobre la muerte fue compartida. En 2009, el Servicio Federal de Seguridad ruso (la otrora KGB) reveló que en 1970, las autoridades de la entonces URSS decidieron destruir los restos de Hitler de forma secreta en una base soviética en territorio alemán. Tampoco se mostraron imágenes.
Hitler, el enemigo número uno de la humanidad en el siglo XX murió un 30 de abril. Osama bin Laden, un primero de mayo. El alemán se suicidó a los 56 años. El líder de Al Qaeda fue muerto a los 54 años. Coincidencias de la Historia, se dirá.
Al final, la tecnología en internet sólo ha encauzado la desconfianza que desde siempre ha acompañado a la humanidad. Como hace más de dos mil años, cuando el propio Jesucristo la vivió con el “ver para creer” de Santo Tomás.
De Tácticas y Estrategias
Morir con la cámara en mano
Horacio Besson
Si tus fotos no son lo suficientemente buenas
es que no te has acercado lo suficiente
Robert Capa
Ayer, AFP trasmitía una imagen tomada por Odd Andersen, uno de sus fotógrafos, en la ciudad libia de Bengasi: en una mesa, dos cámaras Canon resguardadas por una vela encendida.
Las cámaras simbolizaban a Tim Hetherington y Chris Hondros muertos el miércoles en Misrata víctimas de un ataque con mortero realizado en los combates entre rebeldes y tropas de Muamar Gadafi.
Para los fotógrafos y camarógrafos, la cámara es más que un instrumento, es una fiel e irrestricta compañera. Eterna aliada que se convierte en extensión de su propio cuerpo, mirada, estética, criterio, experiencia, sensibilidad y responsabilidad: es una especie de álter ego. Fusión total.
Hetherington y Hondros eran corresponsales de guerra. Con cámara en mano, captaron esas imágenes del mundo violento y confrontado: el combate, la decadencia, el dolor y la desolación. Fue trabajar con la muerte constantemente, capturarla en el instante preciso en una pequeña caja negra.
“He filmado de todo. Soy fotógrafo, soy un creador de imágenes, yo estoy acostumbrado a esto, es lo más intuitivo para mí”, afirmó en enero de 2010 Hetherington en el marco del Festival de Cine Independiente de Sundance tras ser proyectado su documental Restrepo, que retrata la vida cotidiana de los soldados estadunidenses en Afganistán y nominada al Oscar en su pasada entrega.
Pero Hetherington y Hondros no son una excepción. Simplemente sus muertes son las más recientes de un largo historial. Los ejemplos abundan a través de los años y de las distintas guerras.
Dentro de un mes se cumplirán los 57 años de la muerte de Robert Capa, el más emblemático de los corresponsales gráficos.
Capa cubrió gran parte de las confrontaciones bélicas del siglo pasado: desde la Guerra Civil española (Muerte de un miliciano republicano tomada en 1936, pese a las dudas de si fue escenificada, es en una de las fotos más importantes de la historia), la invasión japonesa a China en 1937 hasta la II Guerra Mundial (estuvo presente en el desembarco aliado en Normandía, el 6 de junio de 1944). Una década después, Capa (o Ernest Friedmann, nombre de nacimiento) cubre la guerra entre vietnamitas y franceses. 15 de mayo de 1954, cámara Nikon en mano, el húngaro de nacimiento camina por la selva y da un mal paso para encontrarse con una mina que lo mata.
Ironías de la vida: 16 años antes, Friedmann vivía una relación profesional y sentimental con la alemana Gerda Taro, pseudónimo de Gerta Pohorylle. Juntos cubrieron la guerra entre franquistas y republicanos. En julio de 1937, a los 26 años, Taro murió al caer del vehículo en que se desplazaba, viajaba en el estribo, y ser atropellada por un tanque republicano de forma accidental.
miércoles, 11 de mayo de 2011
De Tácticas y Estrategias
Francia se prepara para sus elecciones presidenciales
Horacio Besson
En Libia sí y en Siria no. ¿Por qué?”. La pregunta, que no deja de inquietar por tener argumentos válidos, la lanza Marine Le Pen al cuestionar la política exterior de Nicolas Sarkozy.
Este miércoles, la candidata del Frente Nacional abrió sus cartas ante la prensa. Optimista, de buen talante, habló de lo que piensa hacer en caso de ganar la presidencia: Sacar a Francia de la OTAN, terminar con el euro y disolver la Unión Europea.No sólo eso. También se opone “a la libre circulación de las personas, de los bienes y de los capitales”. Sobre la inmigración ilegal, advierte: “Si aceptamos que llegue un solo barco a territorio europeo, lanzamos una señal a una Inmigración que puede alcanzar proporciones bíblicas”.
Y es que ha sido un mes movido para los políticos franceses que se preparan con miras a las elecciones del próximo año. Algunos, como Sarkozy, deslizaron sus piezas de forma discreta; otros, como el director gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn, alejados de los reflectores en espera del momento “exacto” para anunciar sus ambiciones rumbo al Elíseo y aquellos, como Le Pen, De Villepin y el partido Socialista, que se dejaron ver.
Mientras el PS, sin candidato —o candidata— aún, presentó sus propuestas bajo el título “El cambio, proyecto socialista para 2012” donde promete crear 300 mil empleos para los jóvenes, el fin de la industria de energía nuclear en dos décadas y el matrimonio homosexual, entre otras, la hija de Jean Marie Le Pen y el ex primer ministro desvelaron personalmente sus programas políticos.
Aunque el otrora aliado de Sarkozy se enreda en su propia galimatías cuando por un lado y con gran pompa, presenta su ideario rumbo a las elecciones del 2012 con lujo de detalles (como un subsidio de 850 euros para los desempleados), por el otro afirma que aún no se ha decidido ser candidato. No sólo eso, alimenta aún más la confusión cuado “aclara” que “cuando se presenta un proyecto es con la intención de encabezarlo”.
En algo coincide con Le Pen al proponer la salida de Francia de la estructura integrada de mando de la Alianza Atlántica por que supone para París, argumenta Villepin, “una pérdida de margen de maniobra”. Aunque quizá sea una de las pocas coincidencias entre ambos y no sólo en ideología, sino en las posibilidades de llegar a gobernar.
Mientras Villepin apenas figura en los sondeos, la derechista (Marine insiste en desmarcarse de su padre, al menos en el discurso, en torno al antisemitismo y el extremismo) tiene en las encuestas 21 por ciento, sólo atrás de Strauss-Kahn que obtiene 34 por ciento y por delante de Sarkozy que tiene sólo 17%.
Un cómodo, para ella y sus seguidores, y temible, para sus detractores, segundo lugar que la pondría en automático en la segunda vuelta presidencial.
De Tácticas y Estrategias
Perú (y México): de candidatos, magos y “payasadas”
Horacio Besson
Por estas fechas, Mario Vargas Llosa no anda con mucho humor. La culpa la tiene el proceso electoral de su país: “La pena para mí de esta campaña es que no ha habido lucha ideológica, ha habido un torneo de payasadas, pero lucha ideológica muy poco”.
Y argumenta: “El espectáculo es lo que prima, no las ideas, no las convicciones políticas, no hay visiones de conjunto, hay espectáculo, se trata de conquistar al público por espectáculo”.
Lo cierto es que los candidatos a las elecciones de este domingo no ayudan mucho para rebatirle al galardonado escritor.
Y es que cualquier voto a favor, unos cuantos, pueden hacer la diferencia entre el triunfo o la derrota de los aspirantes a la presidencia. Hoy, como quizá nunca en la historia de Perú, hay por lo menos cuatro candidatos que pueden ganar. Todos ellos se pisan los talones: según una encuesta de la consultora Ipsos Apoyo, Ollanta Humala tendría 30%. En segundo lugar estaría Keiko Fujimori con 21.4%. Tras ella, Pedro Pablo Kuczynski con 18.4% y en cuarto lugar Alejandro Toledo con 18.2%. Teniendo en cuenta que el sondeo tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, la situación se complica. Lo único seguro es que el candidato por la izquierda, Humala, pasará a la segunda vuelta.
Por eso, para despegarse del adversarios, los candidatos han hecho de casi todo, sobre todo en programas de espectáculos populares: entrevistas en la cama (Toledo), cantar karaoke (Luis Castañeda, otro de los aspirantes), dejarse tocar los genitales (Kuczynski), mostrar al hijo recién nacido “hasta en la sopa” (Humala) o esforzarse en mostrar un matrimonio perfecto con un esposo estadunidense (Keiko).
Pero el premio Nobel no limita su pensamiento al contexto peruano. Advierte que es un fenómeno a escala mundial.
Palabras para reflexionar en México, cuando estamos en el umbral de un proceso electoral en donde, sin duda alguna, los descalificativos, las acusaciones y las diatribas serán una constante. Eso y mucho circo, maroma y teatro.
Aunque quizá sea muy injusto calificarlo así. Daniele Finzi Pasca, un clown reconocido a nivel internacional y parte del Cirque du Soleil, tiene algo que decir. En entrevista con El País responde a la pregunta de “¿Es más payaso usted o Berlusconi”? de forma contundente: “Berlusconi es más un mago, un ilusionista. Hace desaparecer cosas, nos hace creer en cosas que no son y nos engaña a todos. Me duele que se diga de un político que es un payaso como insulto. Al principio creía que lo decían para halagarles”.
Perú, Italia o México. La advertencia está hecha. ¿Magos o payasos?
De Tácticas y Estrategias
Amor a la guatemalteca
Horacio Besson
Hay una gran polémica en Guatemala. La sociedad de nuestro vecino del sur empieza a tomar partido de acuerdo a los razonamientos subordinados a sus intereses y principios. El detonador de todo esto se dio el 11 de marzo cuando el presidente Álvaro Colom y su aún esposa Sandra Torres presentaron una demanda de divorcio.
Final de un matrimonio. Nada novedoso pese a tratarse de un jefe de gobierno y de su consorte. Fin del amor dirán muchos. Fin de las conveniencias, dirán otros. Pero resulta que el motivo principal para separarse no es ninguno de los anteriores (doña Sandra jura que ama a su marido) sino un incómodo artículo de la Constitución guatemalteca, el 186 para más señas, que en su inciso c prohíbe el cargo de mandatario a “los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presidencia”. Y ahí es cuando la todavía primera dama se le desvela la desventaja de ser la esposa de un presidente en sus aspiraciones para llegar a ser la primera mujer en gobernar Guatemala.
Acongojada, ayer confesó que “el amor por Guatemala es la razón por la cual el presidente y yo anteponemos los intereses del país y no nuestros propios intereses”. Entre lágrimas, afirmó que el amor por su marido es “grande y sólido” pero también es “ilimitado” el amor por su pueblo.
La lluvia de críticas no ha parado de quienes ven en la estrategia de la pareja “un fraude de ley”. Ante ella, Sandra Torres se defiende: “Yo represento a los sectores más olvidados y humildes de Guatemala. Esta vez la gente tiene el derecho de ser representada, me critican por lo que hago y no hago, y me han criticado porque me estoy divorciando del presidente, pero me estoy casando con la gente, con el pueblo”. Colom pone nombres a sus acusadores encabezados, asegura el mandatario, por el general Otto Pérez, del derechista Partido Patriota y grupos empresariales que ven con recelo su programa socialdemócrata.
Otto Pérez Molina, egresado de la Escuela de las Américas y que se retiró del ejército en el 2000, tiene una intensión de voto del 42.9% contra 11.1%, de Sandra Torres de acuerdo con el rotativo El Periódico.
Como sea, la sentencia de divorcio deberá estar lista en, máximo, dos semanas de acuerdo a fuentes judiciales. A partir de ahí, veremos si la apuesta Colom-Torres logrará en septiembre su objetivo de alcanzar la primera magistratura. Sólo entonces, quizá piensen en una reconciliación.
lunes, 9 de mayo de 2011
De Tácticas y Estrategias
Las pesadillas de Kurosawa (y el renacimiento del cerezo)
Horacio Besson
Entre tumultos de japoneses que corren desesperados, un hombre pregunta contrariado: “¿El Fujiyama entró en erupción? ¡Qué terrible!”. Una mujer le responde: “¡Es algo peor! ¿No lo sabías? Hubo una explosión en la planta nuclear!”
En otra escena, una madre con sus dos hijos en brazos increpa a las autoridades: “¡Nos dijeron que las plantas nucleares eran seguras! (…) “No habrá accidentes, no hay peligro. Eso fue lo que nos dijeron. ¡Que mentirosos!”
A primera lectura, podríamos confundirnos y pensar que los testimonios anteriores fueron recogidos recientemente por la prensa mundial entorno al accidente nuclear de Fukushima. Pero no, fueron realizados en 1990 y son parte de la película Sueños del director japonés Akira Kurosawa y producida por Steven Spelberg. Kurosawa explicó en su momento que la película, dividida en ocho historias distintas, había nacido de los sueños reales que tuvo mientras dormía.
Y es justo la sexta historia, llamada El Fujiyama en rojo, la que estremece por las advertencias proféticas: un accidente en una planta nuclear japonesa.
Kurosawa no se queda en el accidente atómico que provoca caos y destrucción, sino que plasma las consecuencias de la radiación. Sin contemplaciones, su séptima historia, El demonio lastimero, representa escenas dantescas donde no queda nada, salvo la desolación y el eterno castigo a los poderosos que sobrevivieron: ahora son demonios con perpetuos sufrimientos condenados a nunca morir. “¡La estupidez humana hizo esto!” grita, impotente, un demonio menor.
Pero Kurosawa quiere despertar sin pesadillas, y su última historia es un sueño lleno de esperanza. En La aldea de los molinos de agua, los campesinos viven en absoluta armonía con el entorno. Un foráneo “occidentalizado” llega a las orillas del poblado y conversa con un viejo aldeano que le da una cátedra de vida. No hay más dolor ni tristezas, se vive con pleno respeto a la naturaleza. Ningún rastro de la apocalíptica visión de sus dos historias anteriores. Todo ha renacido. Incluso la muerte como una etapa más de la vida. Los funerales de una anciana se toman con un cariz no de dolor sino de un agradecimiento por lo que fue en vida. Un ciclo de la naturaleza, no adelantado por el hombre.
A finales de abril y principios de mayo, se realiza el florecimiento de los cerezos. Entonces, millones de japoneses salen a sus parques para atestiguarlo. Le llaman Hanami. Una fiesta para celebrar el fin del invierno y la llegada de la primavera. Y con ella, el de la sakura (flor de cerezo). Es, al final de cuentas, tener la certeza de que, pese a la muerte, dolor, incertidumbres y amenazas que se ciernen sobre Japón, habrá un renacimiento.
De Tácticas y Estrategias
¿Y si Gadafi hubiera sido diseñador?
Horacio Besson
Forbes enlista a los hombres más ricos del planeta. Entre los diez más poderosos están dos latinoamericanos (Slim y el brasileño Eike Batista), cuatro estadunidenses (Bill Gates, Warren Buffett, Lawrence Ellison y Christy Walton) y dos indios (Lakshmi Mittal y Mukesh Ambani).
¿Y los europeos? Ahí están, representados por dos empresarios: Bernard Arnault y Amancio Ortega. El francés en el cuarto lugar dirigiendo a LVMH y el español en el séptimo, a la cabeza del grupo Inditex.
Ambos se dedican a lo mismo aunque dirigidos a distintos mercados: estilo de vida envuelto en un consumo aspiracional. A la moda y en el caso del primero, al lujo.
LVMH es dueña de múltiples firmas: Möet & Chandon, Dom Pérignon, Veuve Clicquot, Hennessy, Dior, Louis Vuitton, Givenchy, Fendi, Marc Jacobs y Bulgari, entre otras. Más de 80 mil empleados y 2,500 boutiques en 58 países.
Inditex, por su parte, agrupa a Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe con un total de 4,907 establecimientos en 77 países. (Hay, por ejemplo, 110 en China y los países árabes no escapan: 108 en Arabia Saudí, 10 en Baréin, 14 en Egipto y dos en Túnez, por nombrar sólo a las naciones que viven grandes cambios democráticos.)
¿Pero es buen negocio? Gracias al champagne, a los vestidos, a los collares, relojes, bolsas, carteras, zapatos, abrigos, sombreros, cognac, sábanas, decoración, perfumes y un largo etcétera, Arnault tiene una riqueza que rebasa los 41 mil millones de dólares y el gallego un patrimonio estimado en 31 mil millones de dólares. Entre ambos, 72 mil millones de dólares.
Muchos millones. Tantos como los acumulados por todo un país en todo un año. Y ahí están los ejemplos basados en datos del Banco Mundial en cifras redondeadas: Túnez tuvo un PIB de casi 40 mil millones de dólares (Arnault tiene mucho más); Egipto, 188 mil millones (entre ambos, llegan a tener casi 40 por ciento del país). Y la Libia de Gadafi? 62 mil millones de dólares. Diez mil millones menos que las fortunas de ambos empresarios.
Hay de revueltas a revueltas: mientras millones de hombres y mujeres del mundo árabe luchan por tirar a los tiranos y establecer un modelo democrático, en París recién terminó la semana de la moda.
Lástima que ni Zine El Abidine Ben Alí, Hosni Mubarak y Muamar Gadafi les gusten las pasarelas y los tejidos. Quizá ahora estaríamos usando una camisa HM y calzoncillos MG y ellos estarían repletos de miles de millones bien ganados. Pero no, por el contrario, sus vidas las dedicaron a llenar de sangre los ropajes de sus ciudadanos.
De Tácticas y Estrategias
“17 años y medio.¡Voy a morir!”
Horacio Besson
Son jóvenes y se han rebelado. Han alzado su voz y han manifestado su hartazgo ante las tiranías, las humillaciones y ante un presente que no les ofrece nada y les quita todo.
Desencantados de las promesas huecas de los dictadores, millones de jóvenes del Magreb y de gran parte del mundo árabe, han salido a las calles. Ya no callan. Han demostrado su poder de rebeldía. Ya no quieren sentir esa impotencia que llevó a Mohamed Bouazizi, de 26 años, a prenderse fuego ante los abusos de un gobierno, en este caso tunecino, que todo lo controlaba y limitaba castrando cualquier iniciativa para un futuro esperanzador.
Sin ideologías, sin intervenciones extranjeras, sin dogmatismos, sin proclamas huecas o xenófobas, sin líderes mesiánicos (ni siquiera visibles), los jóvenes derriban a los déspostas .
En este camino a la autodeterminación, ¿cuántos jóvenes han muerto? Las cifras son confusas. Sabemos que Bouazizi fue el primero pero, lamentablemente, aún quedará tiempo para saber quién será el último.
En este contexto, bien vale la pena recordar el ejemplo del francés Guy Môquet, un entusiasta militante de las Juventudes Comunistas que, en plena Segunda Guerra Mundial, desafió al régimen de Vichy y se rebeló contra la ocupación nazi. Arrestado por distribuir propaganda comunista, fue fusilado el 22 de octubre de 1941. Tenía 17 años.
Poco antes de morir escribió una carta de despedida. Sus palabras estremecen. Hoy, a casi 70 años, son la voz presente de todo joven —de cualquier parte del mundo— que no teme reconocer que tiene miedo ante la muerte para así, imponerse y seguir sus convicciones.
Trascribo parte de la desgarradora carta:
“Mi querida mamita, mi hermanito adorado, mi papito amado:¡Voy a morir! Lo que yo les pido, en particular a ti, mi mamita, es que sean valerosos. Yo lo soy y quiero serlo tanto como los que pasaron antes que yo. Desde luego, me hubiera gustado vivir. Pero lo que deseo con todo mi corazón, es que mi muerte sirva para algo (…)
A ti papito, si te he causado, al igual que a mi mamita, muchas penas, te saludo por última vez. Debes saber que hice lo mejor posible para seguir la vía que tú me trazaste. Un último adiós a todos mis amigos, a mi hermano que quiero mucho. (…)
17 años y medio, mi vida ha sido corta, no tengo ningún pesar, si no es el de dejarlos a todos. Voy a morir con Tintin, Michels. Madre, lo que te pido, lo que quiero que me prometas, es que seas valerosa y te sobrepongas a tu dolor.
No puedo poner nada más. Les dejo todo, a todos, a ti mamá, a Serge, a papá, abrazándolos con todo mi corazón de niño. ¡Valor! Su Guy que los quiere (...)
PD: ¡Todos ustedes, los que quedan, sean dignos de nosotros, los 27 que vamos a morir!
http://impreso.milenio.com/node/8921377
De Tácticas y Estrategias
Muamar, el “viejo amigo” de Fidel
Horacio Besson
Hay una danza macabra de cinismo”. El “imperio” siembra el “caos y la desinformación” advierte Fidel Castro en su Reflexiones. EU y la OTAN “van a tratar de sacar el máximo provecho a los lamentables sucesos” de Libia, acusa.
Muchas palabras contra Washington y Europa pero ninguna crítica a Muamar Gadafi.
En agosto de 1998, Trípoli entregó su premio Internacional Muamar Gadafi de los Derechos Humanos a Fidel “en reconocimiento de su papel heroico de resistencia contra el imperialismo”.
De acuerdo a su página de internet, el premio del tambaleante gobernante libio “fue creado en 1988, por una resolución de los congresos populares, en reconocimiento y gratitud al Líder revolucionario (es decir, Gadafi) y en consideración a su papel de afianzar el principio de la democracia directa, y a su permanente lucha, a su distinguida inspiración y a su continua incitación para consolidar la libertad del ser humano” (http://www.gaddafiprize.org).
En 1977, Fidel viajó a Libia y pronunció un discurso en donde ensalzaba los “logros” del gobierno de Gadafi. “Hemos podido comprender las hermosas realidades que la Revolución ha traído al pueblo de Libia”, aseguró entonces.
El 16 de mayo de 2001, Fidel Castro visitó de nuevo a Gadafi en Trípoli para ver a “uno de sus viejos amigos” y afirmar que las “revoluciones cubana y libia tienen objetivos similares”.
Casi una década después, un Gadafi caricaturizado por sí mismo está a punto de ser derrotado por un pueblo harto de sus abusos. Ni son autómatas bajo las órdenes de Bin Laden ni son “jóvenes locos” que se han sublevado “bajo el influjo de drogas”. Eso sí, coincide con Fidel al afirmar que “los jóvenes son incitados por gente buscada por Estados Unidos y el mundo occidental”.
Algo sabrán ambos líderes. Los años como gobernantes no han sido en balde: Gadafi casi 42 años y el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias 49 años.
En su discurso de 1977, Fidel aseguraba que no solo se trataba del bien material recibido por los libios bajo el mando de Gadafi, pues éste “no es nada comparado con los bienes espirituales que ha recibido: la dignidad, la libertad, el derecho a tener una patria”.
La misma que ha recibido el pueblo cubano, quizá piense Fidel.
jueves, 5 de mayo de 2011
De Tácticas y Estrategias
Los nervios de Sarkozy
Horacio Besson
Sarkozy tiene problemas: de acuerdo a un sondeo realizado por IPSOS y publicado en Le Point este lunes, 34% de los franceses apoya su gobierno. Niveles preocupantes para un mandatario que buscaría la reelección en 14 meses.
A poco más de un año de los comicios presidenciales, a realizarse en abril y mayo de 2012, los políticos franceses empiezan a desvelarse de manera tímida moviendo piezas y dejando entrever parte de sus estrategias para lograr sus objetivos de residir en el Palacio del Elíseo.
Sarkozy lo sabe y teme a una competencia que se fortalece día a día ya sea en un solo candidato que podría obligarlo a una segunda vuelta (Aubry, Bayrou o, en menor medida, Royal), o derrotarlo sin necesidad del balotaje (se habla de un imparable Strauss-Kahn) o en una serie de candidatos que más que poner en riesgo su reelección, le quitarían votos (como Le Pen) para beneficio de un tercero.
En enero, el Frente Nacional inició los movimientos: Jean-Marie Le Pen traspasó su puesto como cabeza de la formación de ultraderecha a su hija Marine. En aguas de descontento entre la población que vive la incertidumbre económica, los antecedentes nos advierten para no confiarse y minimizar al Frente Nacional: en 2002, el viejo Le Pen logró colarse al balotaje para sorpresa de Jacques Chirac que buscaba (y finalmente logró) la presidencia. Hoy el semanario Marianne le da 18% de intención electoral a Marine.
A 15 años de la muerte de François Mitterrand, el único presidente socialista de la Quinta República, la izquierda toma aliento: hace un año ganaron las elecciones en 21 de las 22 regiones francesas. En plena precampaña ven con optimismo su oportunidad. La ex candidata y rival de Sarkozy, Ségolène Royal, Martine Aubry, primera secretaria del PS, y François Hollande buscarán la candidatura del PS. El reto será mantener la unidad pese a los enconos existentes entre ellos que han provocado serios distanciamientos y autosabotajes para obtener el triunfo.
Además está el centro con François Bayrou, que tomó gran fuerza en las elecciones de 2007 (obtuvo 18.57% de los votos, detrás de Royal y Sarkozy) y podría ser un referente imprescindible.
Pero de acuerdo a analistas y medios de comunicación europeos (no sólo franceses), el candidato a vencer sería el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan.
La obligación de mantenerse en silencio debido a su cargo de corte y responsabilidad mundiales no ha impedido que el socialista se imponga en las encuestas, con más del 42%, ante todos los demás posibles candidatos.
Sí, Sarkozy tiene motivos para ponerse nervioso.
martes, 3 de mayo de 2011
De Tácticas y Estrategias
Mubarak, el viejo sordo y ciego
Horacio Besson
Antoine de Saint-Exupery lo advertía: “No se puede prohibir lo que no se puede impedir”. Las exigencias de la juventud egipcia así lo demuestran. No piden, reclaman un cambio inmediato. Entonces, ¿por qué Hosni Mubarak se niega a dejar el poder?
Mubarak ya ha sido derrotado. Como minotauro en su laberinto, no encuentra una salida digna a la que, está convencido, él se merece.
Injustificable que un gobernante se sostenga por 30 años, pero los hechos nos recuerdan que la historia egipcia no se destaca precisamente por ser un ejemplo de democracia.
Tras siglos bajo el dominio otomano, invasiones napoleónicas, guerras civiles, monarquías títeres literalmente absolutistas y protectorados británicos, Egipto se proclamó en 1952 república tras un golpe de Estado contra el rey Faruk I (al que prácticamente nadie echó de menos) y no a través de las urnas.
Desde entonces, Egipto ha sido comandado por militares. Muhammad Naguib no alcanzó a gobernar ni siquiera 16 meses ante las fuertes pugnas con un sector del ejército encabezado por Gamal Abdel Nasser que lo obligaron a renunciar.
Nasser, uno de los líderes de la asonada contra Faruk, asumió el gobierno para, dos años después, transformar a su país en una república socialista árabe de partido único. Además, se presentó a comicios presidenciales como candidato en solitario. Gobernaría 16 años hasta que un paro cardiaco, y no los votos, lo sacó del poder. Anwar al Sadat asumió entonces la presidencia, tras un plebiscito —que no elecciones—. Casi 11 años con el control absoluto, que fueron interrumpidos no por la vía democrática sino por su asesinato a manos de fundamentalistas el 6 de octubre de 1981. Un año antes, había sido nombrado presidente vitalicio.
Mubarak es parte del mismo grupo. Su crecimiento político fue bajo la tutela de Nasser y Al Sadat.
De la añeja guardia, con pensamiento y disciplina militar, el anquilosado dictador, reconocido por su valentía en la guerra de los Seis Días y en la del Yom Kippur, que vivió un poder omnímodo por tres décadas con el visto bueno de Occidente y con una oposición reprimida, sin la capacidad de enfrentarse como ahora lo está haciendo (es más fácil derribar a los tiranos vetustos y enfermos que a los que viven su plenitud), se desmorona ante los ideales del siglo XXI esparcidos por una de las mayores armas de la democracia: el internet.
Miope y sordo ante los gritos de los nuevos tiempos, el rais se autojustifica y se convence que hizo su labor patriótica. Como le enseñaron sus antecesores.
Mientras, la incertidumbre y la esperanza se mezclan no tan lejos de su solitario palacio. Cuestión de tiempo para que lleguen a sus lujosas habitaciones.
http://impreso.milenio.com/node/8909825