De Tácticas y Estrategias
¿Y si Gadafi hubiera sido diseñador?
Horacio Besson
Forbes enlista a los hombres más ricos del planeta. Entre los diez más poderosos están dos latinoamericanos (Slim y el brasileño Eike Batista), cuatro estadunidenses (Bill Gates, Warren Buffett, Lawrence Ellison y Christy Walton) y dos indios (Lakshmi Mittal y Mukesh Ambani).
¿Y los europeos? Ahí están, representados por dos empresarios: Bernard Arnault y Amancio Ortega. El francés en el cuarto lugar dirigiendo a LVMH y el español en el séptimo, a la cabeza del grupo Inditex.
Ambos se dedican a lo mismo aunque dirigidos a distintos mercados: estilo de vida envuelto en un consumo aspiracional. A la moda y en el caso del primero, al lujo.
LVMH es dueña de múltiples firmas: Möet & Chandon, Dom Pérignon, Veuve Clicquot, Hennessy, Dior, Louis Vuitton, Givenchy, Fendi, Marc Jacobs y Bulgari, entre otras. Más de 80 mil empleados y 2,500 boutiques en 58 países.
Inditex, por su parte, agrupa a Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe con un total de 4,907 establecimientos en 77 países. (Hay, por ejemplo, 110 en China y los países árabes no escapan: 108 en Arabia Saudí, 10 en Baréin, 14 en Egipto y dos en Túnez, por nombrar sólo a las naciones que viven grandes cambios democráticos.)
¿Pero es buen negocio? Gracias al champagne, a los vestidos, a los collares, relojes, bolsas, carteras, zapatos, abrigos, sombreros, cognac, sábanas, decoración, perfumes y un largo etcétera, Arnault tiene una riqueza que rebasa los 41 mil millones de dólares y el gallego un patrimonio estimado en 31 mil millones de dólares. Entre ambos, 72 mil millones de dólares.
Muchos millones. Tantos como los acumulados por todo un país en todo un año. Y ahí están los ejemplos basados en datos del Banco Mundial en cifras redondeadas: Túnez tuvo un PIB de casi 40 mil millones de dólares (Arnault tiene mucho más); Egipto, 188 mil millones (entre ambos, llegan a tener casi 40 por ciento del país). Y la Libia de Gadafi? 62 mil millones de dólares. Diez mil millones menos que las fortunas de ambos empresarios.
Hay de revueltas a revueltas: mientras millones de hombres y mujeres del mundo árabe luchan por tirar a los tiranos y establecer un modelo democrático, en París recién terminó la semana de la moda.
Lástima que ni Zine El Abidine Ben Alí, Hosni Mubarak y Muamar Gadafi les gusten las pasarelas y los tejidos. Quizá ahora estaríamos usando una camisa HM y calzoncillos MG y ellos estarían repletos de miles de millones bien ganados. Pero no, por el contrario, sus vidas las dedicaron a llenar de sangre los ropajes de sus ciudadanos.
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