miércoles, 11 de mayo de 2011

De Tácticas y Estrategias

Amor a la guatemalteca

Horacio Besson

Hay una gran polémica en Guatemala. La sociedad de nuestro vecino del sur empieza a tomar partido de acuerdo a los razonamientos subordinados a sus intereses y principios. El detonador de todo esto se dio el 11 de marzo cuando el presidente Álvaro Colom y su aún esposa Sandra Torres presentaron una demanda de divorcio.

Final de un matrimonio. Nada novedoso pese a tratarse de un jefe de gobierno y de su consorte. Fin del amor dirán muchos. Fin de las conveniencias, dirán otros. Pero resulta que el motivo principal para separarse no es ninguno de los anteriores (doña Sandra jura que ama a su marido) sino un incómodo artículo de la Constitución guatemalteca, el 186 para más señas, que en su inciso c prohíbe el cargo de mandatario a “los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presidencia”. Y ahí es cuando la todavía primera dama se le desvela la desventaja de ser la esposa de un presidente en sus aspiraciones para llegar a ser la primera mujer en gobernar Guatemala.

Acongojada, ayer confesó que “el amor por Guatemala es la razón por la cual el presidente y yo anteponemos los intereses del país y no nuestros propios intereses”. Entre lágrimas, afirmó que el amor por su marido es “grande y sólido” pero también es “ilimitado” el amor por su pueblo.

La lluvia de críticas no ha parado de quienes ven en la estrategia de la pareja “un fraude de ley”. Ante ella, Sandra Torres se defiende: “Yo represento a los sectores más olvidados y humildes de Guatemala. Esta vez la gente tiene el derecho de ser representada, me critican por lo que hago y no hago, y me han criticado porque me estoy divorciando del presidente, pero me estoy casando con la gente, con el pueblo”. Colom pone nombres a sus acusadores encabezados, asegura el mandatario, por el general Otto Pérez, del derechista Partido Patriota y grupos empresariales que ven con recelo su programa socialdemócrata.

Otto Pérez Molina, egresado de la Escuela de las Américas y que se retiró del ejército en el 2000, tiene una intensión de voto del 42.9% contra 11.1%, de Sandra Torres de acuerdo con el rotativo El Periódico.

Como sea, la sentencia de divorcio deberá estar lista en, máximo, dos semanas de acuerdo a fuentes judiciales. A partir de ahí, veremos si la apuesta Colom-Torres logrará en septiembre su objetivo de alcanzar la primera magistratura. Sólo entonces, quizá piensen en una reconciliación.

http://impreso.milenio.com/node/8932563

No hay comentarios:

Publicar un comentario