lunes, 9 de mayo de 2011

De Tácticas y Estrategias

“17 años y medio.¡Voy a morir!”

Horacio Besson

Son jóvenes y se han rebelado. Han alzado su voz y han manifestado su hartazgo ante las tiranías, las humillaciones y ante un presente que no les ofrece nada y les quita todo.

Desencantados de las promesas huecas de los dictadores, millones de jóvenes del Magreb y de gran parte del mundo árabe, han salido a las calles. Ya no callan. Han demostrado su poder de rebeldía. Ya no quieren sentir esa impotencia que llevó a Mohamed Bouazizi, de 26 años, a prenderse fuego ante los abusos de un gobierno, en este caso tunecino, que todo lo controlaba y limitaba castrando cualquier iniciativa para un futuro esperanzador.

Sin ideologías, sin intervenciones extranjeras, sin dogmatismos, sin proclamas huecas o xenófobas, sin líderes mesiánicos (ni siquiera visibles), los jóvenes derriban a los déspostas .

En este camino a la autodeterminación, ¿cuántos jóvenes han muerto? Las cifras son confusas. Sabemos que Bouazizi fue el primero pero, lamentablemente, aún quedará tiempo para saber quién será el último.

En este contexto, bien vale la pena recordar el ejemplo del francés Guy Môquet, un entusiasta militante de las Juventudes Comunistas que, en plena Segunda Guerra Mundial, desafió al régimen de Vichy y se rebeló contra la ocupación nazi. Arrestado por distribuir propaganda comunista, fue fusilado el 22 de octubre de 1941. Tenía 17 años.

Poco antes de morir escribió una carta de despedida. Sus palabras estremecen. Hoy, a casi 70 años, son la voz presente de todo joven —de cualquier parte del mundo— que no teme reconocer que tiene miedo ante la muerte para así, imponerse y seguir sus convicciones.

Trascribo parte de la desgarradora carta:

“Mi querida mamita, mi hermanito adorado, mi papito amado:¡Voy a morir! Lo que yo les pido, en particular a ti, mi mamita, es que sean valerosos. Yo lo soy y quiero serlo tanto como los que pasaron antes que yo. Desde luego, me hubiera gustado vivir. Pero lo que deseo con todo mi corazón, es que mi muerte sirva para algo (…)

A ti papito, si te he causado, al igual que a mi mamita, muchas penas, te saludo por última vez. Debes saber que hice lo mejor posible para seguir la vía que tú me trazaste. Un último adiós a todos mis amigos, a mi hermano que quiero mucho. (…)

17 años y medio, mi vida ha sido corta, no tengo ningún pesar, si no es el de dejarlos a todos. Voy a morir con Tintin, Michels. Madre, lo que te pido, lo que quiero que me prometas, es que seas valerosa y te sobrepongas a tu dolor.

No puedo poner nada más. Les dejo todo, a todos, a ti mamá, a Serge, a papá, abrazándolos con todo mi corazón de niño. ¡Valor! Su Guy que los quiere (...)

PD: ¡Todos ustedes, los que quedan, sean dignos de nosotros, los 27 que vamos a morir!

http://impreso.milenio.com/node/8921377

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